4 jul 2015
5 may 2011
Fragmento "La hija del canibal"
El cielo, si es que existe, debe ser un instante de sexo congelado. Hablo del sexo con amor, del apasionado encuentro con el otro. Si el sexo fuera una cuestión puramente carnal, no necesitaríamos a nadie: quién nos iba a atender mejor en nuestras necesidades que nuestra propia mano, quién nos iba a conocer y querer más que esos cinco deditos aplicados. Si el onanismo no nos es suficiente es porque el sexo es otra cosa. Es salir de ti mismo. Es detener el tiempo. El sexo es un acto sobrehumano: la única ocasión en la que vencemos a la muerte. Fundidos con el otro y con el Todo, somos por un instante eternos e infinitos, polvo de estrellas y pata de cangrejo, magma incandescente y grano de azúcar. El cielo, si es que existe, sólo puede ser eso.
Rosa Montero
Rosa Montero
14 ene 2011
El lavante
El levante entró en su casa con el ímpetu de un enamorado impaciente. Agitó las cortinas, acarició las hojas de las plantas, levantó las esquinas del periódico de aquella mañana, se coló por todas las rendijas y entre las aspas del ventilador, pero no trajo consigo recelo, ni inquietud, ni la desconcertante amenaza del desorden. Nada rompió, nada se perdió, ningún papel se estrelló contra la pared del fondo con la docilidad sumisa y desarticulada de las víctimas. Aquel levante era sólo alegría. Todo se mantuvo en su sitio porque aquélla era también su casa, porque su dueña ya había aprendido que no podía vivir sin él.
Almudena Grandes
24 nov 2009
Breve diario de un amor perdido
Y apareciste en el día y me tocaste para persuadirme de la noche aquella. De la pasada noche traías aún como un rescoldo de brasas y un hielo de lágrimas sin fuerzas.
"Háblame" - pediste, en principio. Y luego: -"¿Por qué me amas?" Y yo dije: -"Por tus pies descalzos".
Francisco Tario
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